La Fibromialgia
Revista Solier
16 jul. 2023
Un trastorno crónico de alta duración que causa dolor y sensibilidad en todo el cuerpo.
La fibromialgia es un trastorno crónico que se caracteriza principalmente por dolor musculoesquelético generalizado y sensibilidad en múltiples puntos de presión. Aunque no se conoce la causa exacta de la fibromialgia, se cree que involucra una combinación de factores genéticos, neuroquímicos y ambientales.
SÍNTOMAS
Los síntomas de la fibromialgia pueden variar en intensidad y duración de una persona a otra. Los síntomas más comunes incluyen:
Dolor generalizado: El dolor es el síntoma principal de la fibromialgia. Se experimenta como un dolor constante y generalizado en todo el cuerpo, que puede variar en intensidad y localización.
Sensibilidad en los puntos de presión: Las personas con fibromialgia suelen tener sensibilidad aumentada en ciertos puntos específicos del cuerpo, conocidos como puntos de presión o puntos gatillo. Estos puntos suelen estar en áreas como el cuello, los hombros, la espalda, los brazos y las piernas. La presion leve en estos puntos puede causar dolor intenso o malestar.
Fatiga: La fatiga es otro síntoma común de la fibromialgia. Las personas con esta condición pueden experimentar una sensación de agotamiento persistente, incluso después de períodos de descanso o sueño. Esta fatiga puede interferir con las actividades diarias y disminuir la calidad de vida.
Trastornos del sueño: Muchas personas con fibromialgia experimentan dificultades para conciliar el sueño, mantenerlo o tener un sueño reparador. Can tener insomnio, despertarse frecuentemente durante la noche o sufrir de otros trastornos del sueño, como el síndrome de piernas inquietas o la apnea del sueño. Como resultado, es posible que se sientan cansadas y sin energía durante el día.
Problemas cognitivos: La fibromialgia puede afectar la función cognitiva y causar dificultades en la concentración, la memoria y el procesamiento de la información. A veces se denomina "niebla cerebral" o "fibroniebla". Estos problemas pueden interferir con la capacidad para realizar tareas cotidianas y tener un impacto en la vida laboral y personal.
Además de los síntomas mencionados anteriormente, algunas personas con fibromialgia también pueden experimentar los siguientes síntomas:
Rigidez matutina: Al despertar, es común que las personas con fibromialgia sientan rigidez en las articulaciones y los músculos. Esta rigidez puede durar varias horas y dificultar los movimientos y la realización de actividades diarias.
Dolores de cabeza: Los dolores de cabeza, incluyendo migrañas, son comunes en las personas con fibromialgia. Estos dolores de cabeza pueden ser recurrentes y causar malestar gastrointestinal.
Algunas personas con fibromialgia también pueden experimentar síntomas gastrointestinales como dolor abdominal, hinchazón, estreñimiento, diarrea y síndrome del intestino irritable.
Problemas emocionales: La fibromialgia puede tener un impacto significativo en el estado emocional de una persona. Muchos individuos experimentaron ansiedad, depresión, irritabilidad y cambios de humor. Estos síntomas pueden estar relacionados con el dolor crónico, la fatiga y las limitaciones físicas que la fibromialgia impone en la vida diaria.
Sensibilidad a estímulos externos: Algunas personas con fibromialgia pueden presentar una mayor sensibilidad a estímulos externos, lo que se conoce como hipersensibilidad sensorial. Esto significa que pueden sentirse abrumados o experimentar molestias intensas en respuesta a estímulos como luces brillantes, ruidos fuertes, olores intensos y cambios climáticos.
TRATAMIENTO PARA CONTROLAR LA FIBROMIALGIA
El tratamiento para controlar la fibromialgia generalmente involucra un enfoque multidisciplinario que combina medicamentos, terapias no farmacológicas y cambios en el estilo de vida. Aquí hay algunas opciones comunes de tratamiento:
Medicamentos: Los médicos pueden recetar ciertos medicamentos para aliviar los síntomas de la fibromialgia, como analgésicos, relajantes musculares, antidepresivos, anticonvulsivos y medicamentos para mejorar el sueño. Estos medicamentos se utilizan para reducir el dolor, mejorar el sueño y abordar otros síntomas asociados.
Terapia física: La terapia física puede ser beneficiosa para las personas con fibromialgia, ya que ayuda a mejorar la fuerza muscular, la flexibilidad y la movilidad, además de reducir el dolor. Un fisioterapeuta puede diseñar un programa de ejercicios adaptado a las necesidades individuales, que puede incluir ejercicios de bajo impacto, estiramientos, fortalecimiento muscular y técnicas de relajación.
Terapia cognitivo-conductual: La terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ser útil para abordar los aspectos emocionales y cognitivos de la fibromialgia. Ayuda a identificar y cambiar los patrones de pensamientos negativos, mejorar la gestión del estrés y desarrollar habilidades de afrontamiento efectivo. También se enfoca en mejorar la calidad del sueño y promover estrategias para lidiar con el dolor crónico.
Tratamientos complementarios: Algunas personas encuentran alivio en ciertos tratamientos complementarios. Aunque los resultados pueden variar de una persona a otra, estas opciones pueden requerir como parte de un enfoque integral de manejo de la fibromialgia.
Acupuntura: Esta técnica consiste en la inserción de agujas delgadas en puntos específicos del cuerpo para estimular y equilibrar la energía. Algunas personas encuentran alivio del dolor y la tensión muscular a través de la acupuntura.
Masajes terapéuticos: Los masajes pueden ayudar a relajar los músculos, aliviar el dolor y mejorar la circulación.
Terapia de liberación miofascial: Esta terapia se centra en liberar la tensión y el estrés acumulado en los tejidos conectivos llamados fascias. Mediante la aplicación de presión y estiramientos suaves, se busca aliviar el dolor y mejorar la movilidad.
Yoga y tai chi: Estas pueden ayudar a mejorar la flexibilidad, reducir el estrés y promover la relajación en personas con fibromialgia. El yoga incluye posturas físicas, técnicas de respiración y meditación, mientras que el Tai chi se basa en movimientos suaves y fluidos. Ambas disciplinas pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño, aliviar la tensión muscular y promover una sensación general de bienestar.